Fourth Sunday of Advent (Cycle A)

J. R. de Los Santos, St. Joseph´s Dream (1750), Museo Nacional del Virreinato (Mexico City)

Today’s Gospel presents Joseph, a man who was faced with a dilemma. Joseph learned that Mary was pregnant. Now, the reading says that Joseph was an upright man, a just man. According to the common interpretation of the law, he could have declared that Mary was unfaithful, guilty of adultery, and had her put to death. Joseph could have had Mary killed, but he was a just man. He had a real relationship with God. The girl was young. He could not fathom God wanting her dead. He would just send Mary away. Joseph was open to the will of God. And because he was open to God in his life, because he trusted in God rather than his own plans, his own thoughts, Joseph was able to behold the wonders of God’s love in the world. Unlike Ahaz, Joseph chose the way of faith! And he chose well. And the baby was born. What must it have been like for Joseph to hold the King of Kings in his arms? What must it have been like for him to experience the Love of God become flesh? What must it have been like for him to realize that Mary was the polar opposite of his fears? She was not a sinner. She was the one who never sinned. What must it have been like to for Joseph to live in a home filled with the wonders of God? We know that Joseph protected his family, leading them to Egypt to avoid Herod. We know that Joseph returned to Nazareth where he cared for Jesus in his infancy and childhood, even teaching him how to be a carpenter. Joseph had to have been a very happy man, for happiness is found in the presence of God. «Behold!» Mother Church tells us on the Fourth Sunday of Advent. Behold where happiness is found. “Trust in God,” we are told. His wonders are beyond our imagination. Trust in Him and behold His wonders and live in His happiness. Next Sunday we will be giving out Christmas presents. Now, we can give those we love all sorts of things, but we cannot give them happiness. Only God gives happiness. And He gives happiness to those who entrust their lives to Him. And a virgin shall be with child, and bear a son, and his name shall be Immanuel, which means God is with us. Behold Jesus. See and understand. Behold happiness • AE



Winter Readings


Fr. Agustin’s Schedule for the Fourth Sunday of Advent (2022)

St Dominic Catholic Church

Saturday December 17, 2022

2.00 p.m. Quince Mass for Montserrat Carreño

3.30 p.m. Sacrament of Reconciliation (Confessional)

5.00 p.m. Holy Mass (English @ Main Church)

Sunday November 18, 2022

7.30 a.m. Holy Mass (English @ Main Church)

10.00 a.m. Holy Mass (English @ Main Church)


IV Domingo de Adviento (Ciclo A)

G. de La Tour, Aparición del ángel a José (c. 1628), óleo sobre tela, Museo de Arte de Nantes (Francia)

Antes de que nazca Jesús en Belén, el evangelista dice que llevará el nombre de «Emmanuel», que significa «Dios-con-nosotros». Esto no deja de ser sorprendente, pues no es el nombre con que Jesús fue conocido, y el evangelista lo sabe bien. En realidad, Mateo está ofreciendo a sus lectores la clave para acercarnos al relato que nos va a ofrecer de Jesús, viendo en su persona, en sus gestos, en su mensaje y en su vida entera el misterio de Dios compartiendo nuestra vida. Esta fe anima y sostiene a quienes seguimos a Jesús. Dios está con nosotros, es decir, nopertenece a una religión u otra. No es propiedad de los cristianos. Tampoco de los buenos. Es de todos sus hijos e hijas. Está con los que lo invocan y con los que lo ignoran, pues habita en todo corazón humano, acompañando a cada uno en sus gozos y sus penas. Nadie vive sin su bendición. Dios está con nosotros. No escuchamos su voz. No vemos su rostro. Su presencia humilde y discreta, cercana e íntima, nos puede pasar inadvertida. Si no ahondamos en nuestro corazón, nos parecerá que caminamos solos por la vida. Dios está con nosotros. No grita. No fuerza a nadie. Respeta siempre. Es nuestro mejor amigo. Nos atrae hacia lo bueno, lo hermoso, lo justo. En él podemos encontrar luz humilde y fuerza vigorosa para enfrentarnos a la dureza de la vida y al misterio de la muerte. Dios está con nosotros. Cuando nadie nos comprende, él nos acoge. En momentos de dolor y depresión, nos consuela. En la debilidad y la impotencia nos sostiene. Siempre nos está invitando a amar la vida, a cuidarla y hacerla siempre mejor. Dios está con nosotros. Está en los oprimidos defendiendo su dignidad, y en los que luchan contra la opresión alentando su esfuerzo. Y en todos está llamándonos a construir una vida más justa y fraterna, más digna para todos, empezando por los últimos. Dios está con nosotros. Despierta nuestra responsabilidad y dignidad. Fortalece nuestro espíritu para no terminar esclavos de cualquier ídolo. Está con nosotros salvando lo que nosotros podemos echar a perder. Dios está con nosotros. Está en la vida y estará en la muerte. Nos acompaña cada día y nos acogerá en la hora final. También entonces estará abrazando a cada hijo o hija, rescatándonos para la vida eterna. Dios está con nosotros. Esto es lo que celebramos los cristianos en las fiestas de Navidad: creyentes, menos creyentes, malos creyentes y casi increyentes. Esta fe sostiene nuestra esperanza y pone alegría en nuestras vidas • AE