The Ascension of the Lord (2023)

The Solemnity of the Ascension is a wonderful call for us to tell the world that Jesus is still with us. And how do we do this? Simply by utilizing the gifts the Lord has given us. Do you make friends easily? Then, befriend those who are alone in the world. Perhaps that loner in school, that elderly man in his apartment, that cousin no one talks to, perhaps they and many others need to know that they are not alone. Your friendship can help them understand their value before the Lord. Do you multitask well? Are you one of those people who can do three things at once, while texting in the background. Then use your talent to do things for others. Fill your day in giving witness to Jesus. Be loving and caring. Tell the world that Jesus lives. Do you have a particular expertise that can help others? Are you a teacher, a lawyer, a doctor, a nurse, a paramedic, or one of the many other service professionals? Well, stop seeing people as paying customers and start seeing them as people sent to you so you can use your expertise to help them find God. That’s how you can tell them that Jesus lives. He often calls us out of our comfort zone. So, go out and do it! Tell the world that Jesus lives. People are led to the Lord by other people, people who give witness to the living presence of Jesus Christ by their actions. People are led to the Lord by people like us who stop gazing up into the sky and go out to proclaim to the world that Jesus lives • AE


Schedule of Fr. Agustin for the solemnity of the Ascension of the Lord

Saturday May 20, 20230.

Celebration of the Sacrament of Matrimony for Danny & Elizabeth @ Lafayette (Louisiana)

Sunday May 21, 2023.

Traveling


Solemnidad de la Ascencion del Señor (2023)

   ¿Y dejas, Pastor santo,            

tu grey en este valle hondo, escuro,        

con soledad y llanto,          

y tú, rompiendo el puro             

aire, te vas al inmortal seguro?        

  

Los antes bienhadados           

y los agora tristes y afligidos,            

¡a tus pechos criados,        

de Ti desposeídos,              

¿a dó convertirán ya sus sentidos?          

  

¿Qué mirarán los ojos             

que vieron de tu rostro la hermosura,            

que no les sea enojos?               

Quien oyó tu dulzura          

¿qué no tendrá por sordo y desventura?       

 

  Aqueste mar turbado              

¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto        

al viento fiero, airado?       

Estando tú encubierto,              

¿qué norte guiará la nave al puerto?               

   ¡Ay!, nube envidiosa        

aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas?         

¿Dó vuelas presurosa?       

¡Cuán rica tú te alejas!       

¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas! •

Fray Luis de Leon (1528-1591)

La Ascensión es la gran llamada a seguir esperando a pesar de las decepciones, desengaños y desalientos que amenazan de continuo nuestro caminar hacia el hogar definitivo. A lo largo de la vida podemos sentir una doble tentación: o bien desistir de la marcha porque el camino nos resulta demasiado fatigoso, o bien anticipar la llegada a la meta porque el camino se nos hace demasiado largo. La Ascensión es un buen día para escuchar la exhortación de la Carta de Santiago: « Tened paciencia hasta que llegue el día del Señor». Hoy se habla poco de la paciencia. Tenemos miedo de caer en una postura de resignación o debilidad, indigna del ser humano. Olvidamos que, según S. Pablo, la paciencia engendra esperanza (Rom 5, 4). Naturalmente, hemos de entenderla bien, pues la paciencia no consiste en adoptar una postura de dimisión ante la vida. Al contrario, el hombre paciente resiste activamente a las adversidades, manteniendo un espíritu firme y fuerte ante el desgaste de los años. Pero en nuestros días hemos de recordar, sobre todo, que la paciencia se opone a esa prisa y ansiedad que nos hacen vivir inquietos y agitados, siempre corriendo, aunque no sepamos muy bien hacia donde. Hemos de aprender a respetar el ritmo de la vida. Cada cosa tiene su tiempo. Es una insensatez estirar el tallo de una planta para acelerar su crecimiento. Lo inteligente es regar bien la vida y saber esperar. Tener paciencia con nosotros mismos y con el caminar de la historia. Es peligrosa la huida hacia adelante del impaciente que adopta siempre las posiciones que cree mas progresistas sólo para sacudirse de encima el pasado, que se casa cuanto antes sólo por alejarse del hogar paterno o que busca un nuevo amor sólo por olvidar mejor su anterior fracaso amoroso. Hemos de aprender a recorrer pacientemente nuestro propio camino. Un camino único y original. Con sus gozos y sus tristezas, sus logros sus fracasos, sus momentos buenos y sus momentos malos. Recordemos los versos llenos de fe y de verdad de León Felipe. «Nadie fue ayer ni va hoy, ni irá mañana hacia Dios, por este camino que yo voy. Para cada hombre guarda un rayo nuevo de luz el sol, y un camino virgen Dios». En ese caminar, los creyentes sabemos que no estamos solos. Nos acompaña el Resucitado. Su presencia nos sostiene, sus palabras nos llenan de nuevo aliento: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» • AE