
H. Bosch, The temptation of St Anthony (c. 1500), oil on oak wood, Museu Nacional de Arte Antiga (Lisboa)
On this first Sunday of Lent, the passage from the gospel of Luke gently invites us to wander the silent deserts of our own hearts, much like our Lord who, led by the Spirit, embraced the profound solitude of the wilderness. In that sacred stillness, Jesus confronted not merely a list of temptations but the very human longing for ease and certainty—a reminder that our own trials need not be met with harsh self-condemnation but with a tender openness to God’s transformative presence. One is reminded of Bach’s St. Matthew Passion, whose somber yet transcendent strains mirror the delicate interplay between vulnerability and divine grace, while the evocative imagery in Hieronymus Bosch’s The Temptation of St. Anthony portrays the chaotic dance of earthly allure and heavenly hope.
This Lenten journey, resonating with the responsorial psalm’s assurance of God’s abiding voice, echoes the words of Pope Francis in urging us to walk this path with simplicity, humility, and a deep, personal encounter with the mystery of faith—a call to cherish our everyday desert as a space for quiet renewal and authentic communion with the Divine • AE

St. Joseph Catholic Church (Dilley, TX) • Weekend Schedule

Fr. Agustin E. (Parish Administrator)
STATIONS OF THE CROSS & SACRAMENT OF RECONCILITATION
Every Friday of Lent at 6.00 p.m.
(March 7, 14, 21, 28, & April 4, 11, 2025)
Saturday, March 8, 2025.
5.00 p.m. Sacramento de la Confesión
6.00 p.m. Santa Misa.
Sunday, March 9, 2025
8.00 a.m. Sacrament of Reconciliation
8.30 a.m. Holy Mass.
10.30 p.m. Sacrament of Reconciliation.
11.00 a.m. Holy Mass.
Primer Domingo de Cuaresma 2025 (Ciclo C)

A. da Messina, San Jerónimo en su estudio (1474), óleo sobre tela, National Gallery (Londres)
En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos lleva al desierto, ese espacio donde el silencio se convierte en un lenguaje divino. Jesús, guiado por el Espíritu, se enfrenta allí no solo a las tentaciones del maligno, sino a la más profunda verdad sobre su identidad: la condición filial que lo une al Padre. El desierto, lejos de ser un lugar de abandono, es el ámbito donde la voz de Dios se escucha con mayor claridad, porque solo el silencio nos permite reconocer lo que verdaderamente importa. En La Fuerza del Silencio, el Cardenal Robert Sarah nos recuerda que “el silencio es el lenguaje de Dios, y el ruido, el de nuestro mundo moderno”, subrayando que quien no sabe recogerse y guardar sus sentidos difícilmente podrá entrar en un diálogo real con el Señor. La Cuaresma nos invita precisamente a esto: a una purificación de nuestra atención, a un desprendimiento de distracciones para redescubrir el valor de la oración, la lectura y el recogimiento interior. Sin esta guarda de los sentidos, la fe se vuelve superficial, expuesta a los vientos de la dispersión y la superficialidad.
La música y el arte han sabido captar esta necesidad del alma de sumergirse en la quietud para encontrar su centro. Méditation, de Jules Massenet, con su delicada melodía para violín y orquesta, evoca ese instante de suspensión, donde el tiempo parece detenerse y todo queda reducido a la esencialidad del encuentro con Dios. En la pintura, San Jerónimo en su estudio, de Antonello da Messina, nos presenta al santo en la serena concentración de la lectura, rodeado de luz y orden, símbolo de una mente y un corazón dispuestos a la contemplación. Su imagen nos recuerda que la disciplina del recogimiento es la clave para alcanzar la sabiduría espiritual y que el estudio de la Palabra, lejos de ser un ejercicio intelectual, es un acto de adoración y escucha. Así como Jesús vence la tentación apoyado en la Escritura, nosotros también estamos llamados a hacer de la Palabra de Dios nuestro alimento cotidiano, acogida en el silencio y transformada en vida. Cuaresma no es solo un tiempo de renuncia, sino un camino de interiorización, de aprender a escuchar con el corazón y de reencontrarnos con lo esencial • AE



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